lunes, 26 de agosto de 2019

Cumpleaños de Rosa

El futuro es nuestro.
24-8-2019
Maite y yo salimos por la tarde del viernes 23 desde Madrid, rumbo a la provincia de Badajoz.
Ibamos al encuentro de Rosa, nuestra amiga, la Maestra del grupo, que había tenido la osadía de cumplir 70 gloriosos y maravillosos años.
Se llegó hasta allí, un … amigo?, conocido?, amigo del alma?, (yo que sé), personaje que estuvo rondando a la dueña de la finca durante los últimos meses, cosa que le habían levantado el ánimo y la ilusión, y que había terminado con un regalo de cumpleaños tipo: No puedo hacerme cargo de tanto compromiso. (Un calienta…. Un todo, impresentable), que obviamente se llevó por delante estas expectativas.
Tambien habían estado otros amigos, que al igual que nosotras, viajaron hasta su casa, allí, en Valdeaballeros, un pueblo de Extremadura. Ahora que me doy cuenta, el nombre del lugar muy masculino, no?

Como la toma de conciencia de tantas primaveras vividas (con sus soles y lluvias) no pasó inadvertida para ninguna de nosotras, por lo que la idea de una convivencia comunitaria entre amigas para compartir nuestra tan cercana y temida vejez, no tomó de sorpresa a ninguna, siendo muy bien acogida, con alegría, risas, abrazos.
Vaya, … vaya, …vaya la determinación de estas mujeres al decidir hacerse cargo de su futuro.
Ya lo teníamos resuelto. (Madre mía, ingenuidad total, como niñas o adolescentes).
Es lo que toca a estas tres adultísimas personas.
Hubo llamadas para ver como se podía tramitar la compra de una casa, entre abandonada y rústica, legal o ilegal, maldita o bendecida. Preguntándonos a quienes se llamarían para que nos asesoraran, tanto desde lo legal, como desde el diseño.
Esta mañana fue una locura. Yo nos miraba con los ojos bien abiertos, observándonos silenciosa pero conscientemente.
Parecíamos como desquiciadas, intentando resolver todo nuestro futuro, así, sin más, y en un abrir y cerrar de ojos. Casi mágicamente.
Rosa compartió nuestra intención con Carlos, un entrañable amigo, para ver si quería sumarse al proyecto. El aceptó, también, casi sin emitir un solo pensamiento.
Hete aquí, éramos cuatro amigos, deseando, viviendo, ten